Espectadores: Warria Folk Fest en Santiago

El pasado 7 de Abril, se realizó en a comuna de La Pintana, en la capital, la primera versión del Warria Folk Fest, el bullado evento que congregó a cinco grandes exponentes del folk metal nacional, del cual les traemos nuestros comentarios sobre la jornada.

Cerca de las 13:00 Hrs. Se abrieron las puertas de la Casa de la Cultura de La Pintana para recibir al respetable que los esperaba con diversos puestos de diferentes tipos de productos para todos los gustos, entre tazones, accesorios, discos de las bandas y poleras, ilustraciones y comics, comida y bebestibles que le dieron un poco de variedad al evento en si, y para nuestra sorpresa un segundo escenario.

Mientras las horas avanzaban, las bandas realizaban su respectivas pruebas de sonido y la preparación del escenario en el anfiteatro de la Casa de la Cultura y del mencionado escenario extra, a la vez que se hacía presente cada vez más gente, incluso algunas parejas con sus hijos, y se mantenía un ambiente bastante activo se acercaba el momento de inicio de los shows de las bandas, a las 17 Hrs. como se había entregado en redes sociales y aun no habían ápices del inicio de las bandas en el anfiteatro.

Recién a las 17:30 Hrs. empezó la primera banda del evento, que no se encontraba mencionada en el afiche oficial, Blasfemia Pagana, quienes aportaron con la primera dosis de folk en formato acústico frente a una buena cantidad de gente, cuya inclusión al evento fue una muy buena idea por el lado de la temática del festival, no tan así en la ejecución más por el ambiente que por los arreglos. En lo melódico muy bien la banda, pero los arreglos no prendieron mucho a la gente que estaban en su mayoría sentados viéndolos con todo el respeto del planeta. La manera en que abordaron el formato acústico hizo sonar bellas las canciones pero no invitaba a la gente a desordenar el gallinero y eso les vendría bastante bien, ya sea que parte de algún próximo material a uno como público le invite a hacer bulla o a arreglar nuevamente alguna de las canciones para esos efectos, les vendría super bien como show.

Ya cuando el reloj pasaba de las 18:15 se subía al escenario Ermita, que tuvo en su presentación a más de 100 personas viendo en una presentación de unos 45 minutos a ese doom metal oscuro y melancólico en español, en donde el uso del cajón peruano en la percusión le suma a esa atmósfera densa característica de su álbum «Presentes Carentes«, pero a diferencia del álbum en estudio tuvo la estridencia y peso del bajo y guitarra eléctrica, que no necesitó de ningún movimiento en el escenario más que la banda, la música y un sonido impecable.

20 minutos más tarde se subió al escenario Grimtotem, directo desde Concepción con aun más gente y aun menos sol, aprovechando la ocasión de presentar material nuevo, junto con lo ya lanzado, el LP «Wengan» y su más reciente single, «Invunche«, muy bien recibidos por el público pero bien accidentados en el sonido, el cual a veces se saturaba o se perdían algunos instrumentos (más notoriamente la voz durante la primera canción) empañando harto lo que pudo ser un gran show.

Cuando daban las 20:20 Hrs. empezó Briselas dando un gran show, también empañado por varios acoples al inicio del show, pero que eso no impidió el despliegue de energía y menos que el público respondiera acorde en lo que fue un poco más de 45 minutos en el escenario.

Acto seguido se subió al escenario Ulkan Newen, pasadas las 21:30, presentando el material de «La Fuerza del Canto«, que también pasó por las mencionadas pifias en el sonido, acoples por sobre todo, que de todas maneras no impidió tener una buena recepción del público, sumado a la interacción de los músicos entre canciones y un solo de batería que fue un gran aporte a la presentación de los de Temuco, excepto por el paso del vocalista de Grotesk durante «El Viejo del Saco» que actuó más en detrimento que como aporte puesto que sonó muy muy saturado durante toda su presencia en el escenario, pero todo el resto, que incluyó «Werken Che«, «Hagakure«, «Sendero Astral«, entre otros todo muy bien.

Lamentablemente por asuntos de horario no pudimos quedarnos hasta el final del evento, independiente de que tan bueno sea el sector que se ubica La Casa de la Cultura, y teniendo super presente lo estigmatizada que está la comuna de La Pintana, tampoco quisimos saber como sería la comuna pasadas las 22:30 Hrs. Lo que trae a la palestra de manera especial el tema del atraso en el horario de inicio del evento.

Convengamos en lo siguiente, nunca tan bien dicho para esta ocasión que otra cosa es con guitarra. Organizar un evento en ningún caso es algo sencillo y pensar que saldrá todo rápido, a la primera y sin contratiempos, es ser muy ingenuo o derechamente vivir usando el pensamiento mágico, salvo que en esta ocasión, completamente por un tema de la ubicación, a diferencia de cualquier tocata o festival que se hiciese en otro sector de la capital, no era trivial dejar que la primera banda de la cartelera con horarios publicados y todo, empezara una hora y cuarto más tarde y por consiguiente todo el resto de las presentaciones. De todas maneras asumimos que no fue por causas triviales y menos que no se haya hecho todo lo que estuviera en las manos de la producción el propiciar el cumplimiento de los horarios publicados por ellos (sobretodo para los que llegamos y nos fuimos en micro y teníamos contemplado irnos en un horario determinado basado en la programación publicada), pero aun así no dejó de ser el punto bajo del evento. Ignoramos cuánta gente se habrá quedado posterior a ver a Folkheim, ojalá hayan sido los menos los que se fueran previo a su presentación, que lo demás fuera puro prejuicio y que la rompieran en el escenario, pero esto es el reporte sólo de lo que vimos.

Ya que esbozamos algo sobre la asistencia, fue una grata sorpresa ver el nivel de convocatoria considerando que los valores de las entradas a los que uno está acostumbrado a ver habitualmente para las presentaciones de bandas nacionales son (harto) más bajos que el de esta ocasión, que pudieron bien actuar como un filtro o derechamente como un «espanta gente» (por decirlo de alguna manera), pero al final, aun si hubiese actuado como filtro, no impidió ver (gustosamente) la gran cantidad de gente que fue a ver a las bandas y al ver el nivel de producción, organización y poniéndose a pensar en los costos asociados a la realización de un evento, el valor de las entradas fue completamente adecuado y nos quedamos con la idea de que los asistentes también lo pudieron ver de esa manera al ir por su entrada de lo que fue una grata jornada, buenas bandas, buen recinto, ahí nomás el sonido, pero que en el aspecto general y a grandes rasgos estuvo todo la raja.

Lo mejor de todo es que es la primera versión, lo que asegura que se vendrán más ediciones del Warria Folk Fest y ojalá esta se realice regularmente, y como primera vez, como carta de presentación del festival, estuvo buenísimo.

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