
El pasado 9 de Diciembre se realizó lo que los organizadores consideraron un hito en la escena metalera de Iquique al materializar al fin el primer Festival Internacional Tarapacá Metal Rock 2017, organizado por el Centro Cultural y Social Metal Rock Tarapacá con el apoyo de la Municipalidad de Iquique, en la que se reunieron 15 bandas en una sola (calurosa) tarde de Sábado al aire libre y completamente gratis, y en esta ocasión les traemos nuestras impresiones del evento.
El Tarapacá Metal Rock 2017 contempló bandas de diferentes lados del norte de Chile, como Pozo Almonte, Calama, Alto Hospicio y, por supuesto, Iquique, junto con dos invitados desde Santiago como cabezas de cartel, como Alto Voltaje y los legendarios, Tumulto, además de la visita de dos bandas extranjeras, como Azotador de Bolivia y Los Indios de Perú (si, asi se llaman), en una jornada para prácticamente todos los gustos que les relataremos a continuación.
Según la organización, la jornada estaba estipulada a iniciar a las 3PM para que cada banda tuviera una cantidad de tiempo holgada para mostrar su trabajo, siendo que se trataba de 15 bandas en el escenario el factor tiempo era crucial para un buen desarrollo de la tarde, en especial por un cambio en el horario de fin del festival de última hora – de 1AM a las 00 hrs. – por orden de la municipalidad que forzó a reducir la cantidad de tiempo de presentación de cada banda y a eso sumémosle los habituales y nunca bien ponderados atrasos empezó a apretar un poco las cosas, iniciando la primera banda recién 40 minutos más tarde, por motivos que desconocemos del todo, posiblemente asociado a la prueba de sonido de algunas bandas previo al inicio del show y la demora en el armado del escenario.
La jornada la iniciaron los punkrockeros de Los Paranoicos, iniciando el cotejo tocando el himno de Iquique en su particular estilo y para dar inicio a su show con «Camino al Bar» frente a unas… ¿8 personas? sin contar al staff ni las demás bandas. Sin embargo eso no impidió que la banda presentara su set de manera relativamente habitual, dado que por los motivos mencionados en el párrafo anterior las bandas contaron un tiempo en el escenario de 30 minutos aproximadamente, que si bien es una banda de un género musical que se aleja de nuestra linea editorial, si fue un buen show de inicio porque dejó en evidencia un aspecto que se mantuvo por toda la jornada: La calidad de sonido.
No es que se necesiten ajustes de equalización muy finos para el estilo de la banda, pero si fue agradable que de entrada las bandas sonaran bien, nada de «ya, al tercer tema se afirman», una vez en el escenario se aprecian bien los instrumentos y las voces, por lo que las únicas pifias posibles serían la de los mismos músicos eventualmente.
Luego de Los Paranoicos, cambiando bruscamente de estilo, le siguieron los locales, Bilis Negra, quienes llevaron al escenario un estilo más Sludge frente a unas pocas personas más que en el show anterior, dando un show correcto, haciendo lo suyo y sin parafernalia de por medio, similar el caso de la banda que le siguió, Lucha, tanto en la ejecución como en la cantidad de asistentes.
Si bien es habitual que en cada evento haya muy poca gente que ve a las primeras bandas, pero la carencia de publico, en un evento con entrada gratuita y al aire libre, era por lo menos lamentable que prácticamente no hubiese nadie en el lugar… hasta que tomamos el factor clima en cuenta: hacía mas calor que la conchetumadre, weon! El sol andaba andaba bravo a esas horas, aun pasadas las 6 de la tarde, así que era comprensible que nadie quisiera estar allá a esa hora. En ese aspecto podríamos decir que el lugar fue una mala elección de parte de la organización, pero en Iquique ¿En qué otro lugar más «amable» con el calor se pudiese haber realizado? Es una lastima, porque así cada banda, y es lamentable tener que decirlo, fue pasando sin pena ni gloria, dado que la mitad del show lo hace la misma efervescencia del público.
No malentiendan lo dicho anteriormente, no se trata de que las bandas que estuvieron durante el periodo en que el calor pegó más no hayan dado presentaciones, por lo bajo, correctas – que de hecho ese fue el caso – sino que es el lamento de que hayan sido asi y no hubiese prácticamente nadie que las viera y, claro, habían horarios que respetar.
A medida que fue bajando el calor se fue manifestando más gente, que de a poco se sumaba y cuando daban un poco pasadas las 6 de la tarde, al final del show de Danger, que tuvo una presentación muy potente y al hueso, el flujo de gente ya era algo mayor, y al finalizar las presentaciones de los thrasheros, Kadabeer, y luego de los hardrockeros, Chancakazo, ambas con buenas puestas en el escenario, la presencia de gente en el recinto costero fue más notoria.
Ya pasadas las 19:15 se sube al escenario Inmoral Creación con un Death metal bien a la vena, muy contrastado con Kamanchaka que por su parte tienen una vena intermedia entre el Heavy Metal y el Hard Rock, seguido nuevamente de una banda Death Metal, como Cadaver Zombie, ya con la iluminación del sol lo suficientemente baja, como para a hacer gala de la iluminación del escenario. Una de las virtudes de este festival fue precisamente lo variado de la parrilla de bandas, razón por la que mencionamos el estilo de las bandas. Puede que en la zona sean en su mayoría bandas muy conocidas, pero si hay que destacar que acá se reunieron bandas Hard Rock, Punk, Death Metal, Thrash Metal y Heavy Metal en un mismo escenario ¿Y creen que alguien se quejó o dijo algo desde el público? ¡Las pelotas! ¡Al contrario! Estuvieron todos contentos con los shows de cada una y es algo que se agradece, puesto que deja un buen precedente para que nadie le haga asco participar de un evento como este.
Derivado de lo anterior, también está el de las participaciones de las bandas internacionales, por el cuento de los nacionalismos y rivalidades con otros países. Tuvimos en el escenario a dos bandas de Peru y Bolivia, como Los Indios y Azotador, respectivamente ¿Y creen que alguien les puso alguna cara fea? ¡Ni cagando! ¡Ni por si acaso! cada una también en el escenario muy cómodos y el publico muy respetuoso, que en el caso de Azotador de inmediato la gente enganchó al grinche tal como le colocaron a su más reciente EP, y un caso similar con Los Indios, haciendo lo propio también, ya de noche.
Y casi que finalizando la jornada también estuvieron las actuaciones de las bandas de la región metropolitana, de los legendarios, Tumulto, en su segunda generación de músicos, y Alto Voltaje.
La presentación de Tumulto habrá sido la más variada en cuanto al manejo en el escenario, en donde la banda, además de tocar las canciones, se daban el momento para echar la talla y hacer más entretenida su estadía en el escenario, en especial las intervenciones de su vocalista, Manuel Espinoza, y por su parte Alto Voltaje presentó algunas de las canciones de sus dos ultimas producciones discográficas, en la que incluyeron una muy versión en español de la canción Got The Time de Anthrax, al que llamaron «Qué Hora Es». En ambas presentaciones al público se le vio bien conforme.
Finalizando la jornada y para sorpresa de muchos que daban a la banda por bajada del evento, se subió Neutral al escenario para cerrar el evento que contó con un máximo de aproximadamente 200 personas y finalizó cerca de la media noche, con todo el agotamiento de los pocos quienes fueron llegando desde temprano en el día y sacando algunas cuentas que se dejan para la experiencia.
Luego de esta vivencia en Iquique quedan hartas cosas para mejorar para una próxima edición, partiendo por el lugar. Tenemos conocimiento de que el lugar en que se realizó fue conseguido a ultima hora, luego de que la UNAP, donde originalmente se realizaría el evento, no permitió que se usara su estacionamiento para realizarlo, y está bien, hay que hacer las gestiones a la velocidad de la luz, pero para una nueva ocasión es buena idea contar con un plan B o C para casos como estos. Además, por el lado de las bandas, hubiese sido bueno que el escenario tuviese un toldo o algo para que a las bandas no les llegara tan directo el calor del sol, cosa que pareciera una nimiedad, pero vayan a pararse en un escenario por media hora (que pudieron ser 40 mins o más), con todo el sol en la cara, con como 34°, en un lugar con tierra y polvo, ahí si que deja de ser algo menor.
Tambien el tema del tiempo podría mejorarse, quizá convocar a la gente un poco más temprano o tener a menos bandas para que no sea llegar, tocar, «gracias Iquique» y bajarse, o hacerlo en dos días. Bueno todas alternativas propuestas de buena fe, pero otro cuento es que sea factible. Sumado a lo anterior se echaron de menos algunos puestos de bebestibles, comida y algún otro de venta con material discográfico, poleras, etc. De las bandas. Invitar alguna distro o tener solo a las bandas con su material, hubiese sido una buena oportunidad para que el público no sólo se quedara con los shows en el escenario, sino que se llevara uno u otro recuerdo, y le hubiese subido el nivel al evento, que de por si ya era muy bueno.
Ya contamos antes algunos de los aciertos de la producción del Tarapacá Metal Rock 2017, pero esos no fueron los únicos y tampoco podemos dejar fuera el gran acierto que fue el haber recurrido a las autoridades municipales para contar con el financiamiento necesario para llevar a cabo un evento de esta naturaleza. Si bien uno podría hacer a pulso y esfuerzo un montón de cosas para armar un show de la mayor calidad que se pudiera, pero el que el centro cultural presentara este proyecto, el primero de (esperemos que) muchos, a las autoridades locales sumó un montón de puntos, ya que permitió contar de entrada con fondos que permitieran disponer de equipos de sonido, iluminación y escenario de muy buen nivel, catering para las bandas y el staff, un recinto para pernoctar para las bandas que llegaron de lejos y galardones para las bandas participantes, un gran detalle.
El Centro Cultural y Social Metal Rock Tarapacá tiene contemplado hacer este evento todos los años y ojalá que los detalles en esta versión sirvan para pulirlo y hacer algo aun mejor el año que viene, en especial porque ya sabemos que cuentan con el apoyo municipal que les permite ofrecer, en el aspecto técnico y de trato a las bandas, un buen escenario para ampliar la parrilla de espectáculos anuales en nuestro país y que esperemos vayan subiendo su nivel año a año y, con el suficiente apoyo y tino, su envergadura a nivel nacional y una buena vitrina para variar los destinos a los que las bandas puedan aspirar a presentarse y mostrar que en Chile hay una cantidad muy generosa de Metal para todos los gustos.
Comentario y fotos: Juan Eduardo Lagos.
Agradecimientos al Centro Cultural y Social Metal Rock Tarapacá por la invitación y a la Ilustre Municipalidad de Iquique por permitir que se llevara a cabo este festival.
Mención especial al perrito que se subió al escenario durante el show de Azotador, con rascada de pulgas y todo,