Luego de una semana de incendios, humo, un calor de re-mil putas, huelgas y todas las plagas del infierno en la ciudad llego el día de ver el show en nuestro país de Black Sabbath, en el marco de su gira de despedida, The End Tour, acompañados por los estadounidenses, Rival Sons, y nuestros compatriotas, Yajaira, con un Estadio Nacional completamente lleno en una jornada que fue constantemente de menos a más.
Como se trataba de un concierto en un día Sábado era esperable que todo el mundo se empezara a manifestar temprano y, con el clima de los últimos días, también era esperable que fuese una tarde demasiado calurosa, cosa que no impidió que la gente empezara a repletar rápidamente el recinto de Ñuñoa y cuando eran daban las 19 Hrs. Se presentaba la primera banda de la jornada, los nacionales Yajaira.
Yajaira
Desde hace mucho tiempo que me era familiar el nombre de la banda, solo que jamás había y ni se me había ocurrido escuchar una sola canción de ellos, por lo que fue una buena oportunidad de conocerlos y formar una opinión, y con pantalla gigante.
Para hacerla corta me aburrí harto y no enganché con ninguna de las canciones, al punto en que mi atención se desviaba fácilmente durante su presentación, no había manera en que pudiera escucharlos de corrido durante mucho rato. Incluso, ellos jugándose la carta de ser los representantes chilenos en éste evento, no fue una buena elección a mi gusto. Desafortunadamente tampoco se me ocurre de buenas a primeras que otra banda podría haber sido más idónea para la ocasión que Yajaira y tampoco sé que criterios tuvo la organización para elegir el show de apertura.
De todas formas, quienes optaron por llegar más tarde «para no mamarse a los teloneros» al menos con Yajaira no se equivocaron, menos si nunca los habían escuchado, pero si el criterio fue similar con Rival Sons…
Rival Sons
La historia con Rival Sons fue diametralmente opuesta, ignoro que tan conocidos son en nuestro país y daba la sensación que se repetiría nuevamente la historia de la banda aparentemente desconocida extranjera invitada a una gira de una banda grande que luego pasa sin pena ni gloria, pero por fortuna los californianos mostraron ser una muy buena elección.
No me pondré a describir en palabras la música de la banda, para saber eso los pueden escuchar en Spotify o buscarlos por Youtube, pero si el que la reacción del publico fue mucho más encendida con Rival Sons sin que hicieran mucho más que tocar su música y transportarnos a los 70 durante 45-50 minutos.
Por otro lado, el show de Rival Sons no fue mostrado en las pantallas gigantes del estado, manteniendo en éstas solamente una imagen estática del nombre de la banda, hecho que fue algo extraño, vaya a saber uno porqué habrá sido, porque ese fue un punto que afectó a los que estábamos en cancha y no alcanzábamos a ver el escenario.
De todas formas Rival Sons es de esas bandas que uno queda con ganas de seguir escuchándolos, están altamente recomendados.
Black Sabbath
Luego del muy buen sabor de boca que dejo Rival Sons, y cuando el reloj marcaba cerca de las 21:15, se apagan las luces del Nacional dando paso al video introductorio y al griterío del público dando inicio al último show en vivo que veremos de Black Sabbath en nuestro país.
Los británicos nos entregaron un show de casi una hora y 45 minutos cargados a los clásicos de los cuales ¿Qué mas se podría decir de éstos que no se haya dicho antes y que se pudiera esperar? El trio Iommi, Osbourne y Butler mostrando que los años no han pasado en vano y que, aparentemente, los problemas de salud por los que pasaron los primeros dos quedaron atrás, y que las canciones más conocidas, como Black Sabbath, War Pigs, Iron Man y Paranoid eran las que más prendían al publico ¿Qué más se puede decir? Se puede que el apoyo audiovisual fue uno de los grandes plus extra-musicales del evento.
Black Sabbath no tiene ni necesita hacer grandes muestras de pirotecnia, ni Ozzy (a estas alturas) balbucear ingeniosas frases entre cada canción, ni hacer muchos actos lúdicos para darle un plus al show, ni pirotecnia, ni ningún tipo de parafernalia extra. Black Sabbath destaca por ser Black Sabbath, pero también estamos los que no pueden o les resulta poco practico ver directamente al escenario y nos quedamos con las pantallas gigantes como último recurso para ver a los músicos y los efectos visuales a las proyecciones le dieron un plus acertadísimo, incluyendo el pietaje de algunas de sus antiguas presentaciones, apelando a la nostalgia, al verse a ellos mismos de jóvenes y el recordar que esta es la última vez que los veremos, a menos que en algún futuro hagan alguna aparición esporádica, como esbozó Tony Iommi en una entrevista con el luchador y vocalista de Fozzy, Chris Jericho, al referirse que no quiere seguir haciendo estas enormes y largas giras por el coste de energía y salud que le supone pero que sus ganas de seguir tocando siguen intactas.
Considerando eso ultimo ¿Podría ser que haya una nueva oportunidad de verlos en festivales? ¿Puede ser que esta gira de despedida sea la despedida de las giras pero no precisamente de los escenarios? Cliché y todo, pero eso solamente el tiempo lo dirá y hoy por hoy se puede decir que quien no fue se lo perdió y las otras decenas de miles de personas que repletaron el estadio, cuando estemos viejos, canosos y con harto concierto y tocata en el cuerpo «Yo vi a Black Sabbath, en el escenario eran la raja y los fui a despedir al Nacional en su gira final«.